martes, 11 de febrero de 2014

Punto de partida

Estoy absolutamente de acuerdo de que es necesario crear un itinerario, una hoja de ruta para que el funcionamiento y los engranajes de una empresa o proyecto sea eficaz.
La visión holística de cualquier plan ha de ser real, sin parcelar departamentos, que al fin, han de funcionar sincronizados para poder ser efectivos.
Pero lo que considero, tal vez un poco olvidado, es el capital humano real, al que si que hay que informarle, pero también, además de hacerle partícipe de la implementación del proyecto," ya que para eso le pagan", de manera real y objetiva, escuchando sus aportaciones, y también implicándole en los logros finales, en concordancia con su mérito, puesto que un trabajador puede en principio dar más de sí siempre, siempre que esté motivado y se sienta partícipe real, haciendo sentir el proyecto como propio, pero qué pasa cuando, además las categorías laborales no se corresponden con lo que realmente ofrece y resulta el empleado???, que se desmotiva, y no sólo por que la remuneración no se ajuste a lo que realmente uno vale, sino por la propia autoestima de los mismos, que se ve mermada y a la postre, redunda en hacer mecánicamente lo que te pautan.
Información, análisis, estrategia, aplicación, evaluación... si pero siempre contar con el capital humano, su motivación, sus aportaciones, su valoración objetiva.
No creo que la solución sea trepar a costa de otros compañeros, pero tampoco omitir la valía de cada uno y sus méritos, o posponerlos para que medre algún otro con más encanto o carisma (léase enchufe o amiguismo), librémonos de los prejuicios y valoremos, a las personas, sin el trabajo de las cuales, bien hecho, la máquina no funciona correctamente, como un engranaje al que le falta un diente...
Pensemos también en las personas, pues el beneficio material puede ser efímero si la base no se sostiene.

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