lunes, 12 de mayo de 2014

IDEAS METODOLÓGICAS PARA EL ESTILO DIRECCIONAL

Como resumen de esta lectura, me quedo con el texto siguiente, que reproduzco literalmente: 

COMUNICACIÓN como factor regenerador, basado en el respeto al otro y en la necesidad de acompañarse de la heterogeneidad; ESTILO DE DIRECCIÓN como variable impulsora y dinamizadora, basada más en la reparación y en la mejora que en el cambio; y CALIDAD como factor sublimador y de encuentro entre clientes, empresa y dirección.

Si, es un corta pega, pero con criterio.
Todas las pautas que sugiere el autor, dadas en el 1994 según la fecha del propio artículo, se me ven reflejadas en un programa muy actual y muy exportado "El jefe infiltrado" en el que un directivo de una gran empresa, preocupada por los resultados de la misma  busca desde la base las causas del decaimiento.

Se infiltra como un empleado del más bajo escalafón para desentrañar lo que se siente en el contacto con el cliente, al que hay que darle calidad, retomando la visión con los pies en la tierra, al pie del cañón, cara a cara, y ejercitando una comunicación directa con los empleados, con toda la organización, para realizar un diagnóstico real de cada perspectiva.

Finalmente, se descubre, realizando de manera personalizada un resumen y una recomendación de mejora a sus empleados, y a las estructuras y estrategias de la empresa que redundarán, se supone, en la mejora de la calidad del servicio o producto, en la mejora de los empleados, y en la suya propia gracias a la experiencia adquirida y a la nueva perspectiva generada.

Es verdad que esta práctica sería muy deseable en muchas ocasiones, ya que la comunicación real y efectiva se realiza cuando un emisor emite un mensaje y este llega al receptor en condiciones reales de ser entendido y a su vez es escuchado.
Pero la cuestión es, si es tan fácil, ¿por qué no se realiza habitualmente?, una de dos, o el directivo no tiene conciencia de necesidad de mejora propia y del entorno, o las mejoras no se realizan basándose en una realidad objetivada y consensuada con todos los agentes de manera que la participación resulte necesaria para la eficacia.

En resumen, mi interpretación de esta lectura es que el estilo directivo ha de ser de manera constante, un estilo que promueva la mejora  continua, la innovación, y todo ello desde la participación y la comunicación de todos los agentes.
Trasladado a nuestro campo, que siempre es el mismo, para que un proyecto sea eficaz, hay que buscar la mejora, que siempre la hay, la calidad, del producto, del objetivo y de la estrategia, mirando siempre también nuestro propio estilo y nuestras carencias que las hay,  pero no olvidar nunca el diagnóstico y la realidad que nos proporciona la visión de todos los participantes, agentes y clientes.

Lo dicho, "el jefe infiltrado"....